Más posibilidades para hacer disfraces sin gastar y en poco tiempo.
Manualidades
El científico loco
Este disfraz es sencillo porque el niño puede vestirse como quiera. Lo importante es que, encima de la ropa, lleve una
túnica o bata blanca. Si no tenemos (o no podemos conseguirla), también nos puede valer una
camisablanca que le quede grande (de papá o del abuelo), en cuyo caso doblamos las mangas para ajustarlas al tamaño de su cuerpo. Los complementos del disfraz son: unas
gafas de juguete (o el armazón de unas de verdad), un par de
bolígrafos para colocar en el bolsillo delantero y un
frasco de plástico con tapa (se venden en las farmacias para recoger muestras de orina), que podemos rellenar con algún líquido de color (que no sea
tóxico), una araña de goma, etc. El toque final lo damos con un poco de
gel fijador, pues la idea es que lleve el pelo hacia arriba y algo desordenado. Otra opción para esto último es comprar una peluca blanca, estilo Einstein.
Un gato
Recrear un gato es muy fácil. Para el cuerpo, solo necesitamos una camiseta negra de manga larga y unosleotardos del mismo color. En los pies, el niño puede llevar botas o zapatos (del color que tenga, no hace falta salir de compras) y en las manos, unos guantes a juego con el calzado. Las orejas, en forma de triángulo, se confeccionan con cartulina negra y se pegan a una tiara fina para sujetarlas con facilidad a la cabeza. La estructura de la cola se puede hacer con un alambre (para que mantenga la forma y cierta rigidez). Lo forramos con tela negra o una panty negra y lo rellenamos con lo que tengamos a mano (más tela, papel, algodón...) para darle algo de consistencia. Un cinturón, un elástico o un poco más de alambre alrededor de la cintura bastará para unir la cola al cuerpo. El último paso es simular el hocico y los bigotes, que se pueden pintar en la cara con un lápiz delineador de ojos.
Bob Esponja
Este personaje tan querido por los niños tiene una ventaja sustancial: es poliédrico. De este modo, para la estructura solo se necesita una caja grande de cartón, que se puede conseguir en el supermercado o en los comercios del barrio, ya que suelen deshacerse de ellas. La caja será el cuerpo de Bob Esponja, así que el niño debe caber dentro. El primer paso es hacer un agujero arriba y dos a los costados para que el peque pueda sacar por allí la cabeza y los brazos. En cuanto al fondo de la caja (la parte que queda hacia abajo), conviene quitarlo entero, así el niño podrá moverse y caminar con facilidad. Todo lo demás es decoración. Será necesario forrar la caja de papel amarillo y pegar, encima, círculos de papel (o goma eva) que imiten la textura esponjosa de Bob. Con la misma técnica podemos hacer los ojos y un rotulador bastará para dibujar sus pestañas. El pantaloncillo también es fácil de hacer: se forra la parte de abajo con papel marrón y se dibujan encima los bolsillos y el cinturón. ¡Listo!
Pillado por un rayo
Para confeccionar este disfraz hay que hacerse una pregunta previa: ¿qué aspecto tendríamos si nos alcanzara un rayo? Casi con toda seguridad, la primera imagen que se nos vendrá a la mente será un aspecto chamuscado, con un montón de rasguños. Pues bien, materializar el concepto es muy simple. Cogemos una camiseta o un jersey viejo del niño (si es de color claro, mejor), le hacemos varios cortes y rasgaduras, y le añadimos unas manchas negras, que aporten la apariencia de haberse quemado. Para hacer estas manchas podemos utilizar un trozo de carbón, un poco de ceniza, el polvillo del grafo de un lápiz o la punta de un corcho, si la quemamos antes para ennegrecerla. Lo siguiente es manchar también la cara y las manos del peque, y dibujar en ellas unos rasguños (con un lápiz delineador de labios). Al igual que en el disfraz de científico, el pelo aquí es fundamental. La idea es despeinarlo, batirlo un poco y usar algo de laca para fijar el "look". Para completar la ilusión, el mejor complemento es un paraguas viejo, que podemos terminar de estropear si retorcemos algunas varillas y manchamos (o ajamos) la tela.
Hacer el indio
A muchos niños les gusta "hacer el indio", ¿pero sabemos cómo convertirlos en uno? El modo más práctico de confeccionar el vestuario es diseñar un poncho, que puede hacerse con tela, arpillera, papel crepe o una bolsa grande de plástico amarilla (esto último, solo en caso de que el niño tenga ya unos años y sea consciente de la peligrosidad del material; si no, es mejor usar las otras opciones para evitar accidentes). Una vez que elegimos el material, cogemos un rectángulo y lo doblamos por la mitad. Cada mitad será un lado del poncho (frontal y trasero), de modo que, en la zona del doblez, habrá que hacer un corte en "V" para que el peque pueda pasar por allí su cabeza. La superficie del poncho se decora con líneas de colores vivos (rojos, amarillos, azules) que siguen formas geométricas, para facilitar la tarea. Estas líneas se pueden hacer con cinta aislante de colores, con tela (pegada o cosida), con rotuladores o con la pintura más adecuada para el material con el que se ha confeccionado el poncho. El atuendo se completa con un cinturón o una cuerda anudada alrededor de la cintura. Para la cabeza, usamos una diadema de tela (o hacemos una con goma eva) y le añadimos unasplumas, en sentido vertical. En las mejillas pintamos unas "líneas de guerra" con lápiz labial y ¡ya está!
Mariposas, hadas y ángeles
No es que todo sea igual, pero podemos agrupar estos personajes porque comparten ciertos rasgos. El más importante: las alas. Una manera de hacerlas es con goma eva, un material muy bueno para obtener con rapidez la forma que queremos. Otro modo, algo más laborioso, es usar alambre y papel celofán. El primer material debe ser más o menos rígido, pues nos servirá para moldear la estructura, el contorno de las alas. El papel celofán (cuya transparencia es idónea para imitar la fragilidad de una mariposa o un hada) lo usaremos para cubrir la superficie de esas alas, pegándolo a los bordes que hemos hecho con alambre. La cinta adhesiva es una buena opción para ello. Si queremos recrear un ángel, hay que sustituir el papel por plumas blancas. Podemos comprar un par de boas de plumas, o bien hacer una imitación con muchas tiras de papel blancocortadas en forma oval. Para sujetar las alas al cuerpo, lo mejor es utilizar un par de correas o elásticos gruesos, a modo de mochila.
En cuanto al cuerpo y los complementos:
- La mariposa solo necesita unos leotardos y una camiseta del mismo color -a juego con las alas- y una tiara con un par de antenas.
- Para el hada se pueden usar también leotardos, aunque lo ideal es emular un atuendo etéreo. Para ello, usamos unas pantys de base y, si nos atrevemos con la aguja y el hilo, hacemos una falda de gasa o tul, superponiendo varias capas. Solo necesitamos algo de tela, un elástico para sujetarla a la cintura y purpurina para darle un poco de brillo a la creación. El complemento ideal: unas flores en el pelo.
- El ángel vestirá de blanco y, con un trozo de tela, podemos hacerle una túnica sencilla para cubrir su cuerpo. Un modo de hacerlo es coger la tela, anudar dos de sus extremos por encima de un hombro (al mejor estilo grecorromano) y utilizar un cinturón (no muy ceñido) para evitar que se abra por los lados. Otra opción es confeccionar la túnica del mismo modo que haríamos una camiseta de mangas largas y anchas. En la cabeza, el ángel llevará una corona circular que se puede hacer con un alambre forrado con una guirnalda dorada o plateada, de las que usamos para el árbol de Navidad.
La princesa
Un vestido blanco o rosa de la niña bastará para iniciar el disfraz. Al igual que con las hadas, podemos hacer una sobrefalda larga y vaporosa para que llegue hasta el suelo. Los materiales idóneos son la gasa y el tul, que decoraremos con purpurina o pequeños lazos. En la cintura, un lazo ancho servirá para tapar el elástico y las uniones de esta falda de fantasía. El complemento fundamental del disfraz es una corona (las hay de plástico, muy baratas) y algunas "joyas", como pulseras y collares brillantes. Un bonito peinado y algo de maquillaje (si los padres lo permiten, claro) harán aun más real esta ilusión.
El mago
Los clásicos nunca pasan de moda y este personaje es un buen ejemplo de ello. ¿Podemos hacer que nuestros hijos se parezcan a Merlín? Sí, y es fácil. Lo primero es confeccionar el vestuario, que consiste en una túnica de color azul oscuro, de mangas largas y anchas, que le llegue hasta los pies. La mejor opción para esto es comprar una tela económica, aunque también se puede hacer con papel crepe (hay que considerar que es menos resistente y que, con toda probabilidad, no sobrevivirá a la fiesta). En cualquier caso, la túnica azul estará decorada con estrellas plateadas. Podemos dibujarlas con un rotulador color plata, hacerlas con cola y purpurina, coserlas (si tenemos tela de este color) o pegarlas, si las hacemos con papel albal. Para la cabeza de nuestro mago, diseñaremos un sombrero en forma de cono. El mejor material es la cartulina (azul o negra, en este caso), que uniremos con una grapadora. La decoración es igual que la del traje: estrellas y lunas plateadas, hechas con purpurina o papel albal. Para sujetar el sombrero a la cabeza, usaremos un elástico fino. Por ello, es preferible que el cono no sea demasiado largo o pesado. El complemento indispensable: una varita mágica, que podemos hacer con varios palitos de brochetas unidos con cinta adhesiva y forrados con papel albal.
Disfraces de último minuto
El payaso. Elegimos ropa de distintos colores (si pueden ser vivos, mejor) y los combinamos como jamás lo haríamos. Le prestamos al peque una corbata, para que la lleve algo suelta y torcida, y una chaqueta vieja de mamá o papá, que le quede grande. También podemos usar calcetines diferentes y colocar uno de ellos por encima del pantalón. El disfraz se completa con una peluca (aunque no es indispensable), una nariz roja (que podemos pintar con lápiz de labios, si no conseguimos una) y algo de maquillaje en la cara.
La momia. Para recrear este personaje solo hace falta acercarse a una farmacia y comprar muchos metros de gasa. Vestimos al peque de blanco, con ropa ceñida al cuerpo (una camiseta y unos leotardos) y, a continuación, enrollamos la gasa alrededor de su cuerpo.
El futbolista. Ronaldo, Messi, Llorente... Muchos niños tienen algún ídolo deportivo a quien les gustaría parecerse de mayores. Y, en estos casos, es probable que también tengan la camiseta de su equipo favorito. Pues bien, esa misma camiseta, un pantalón corto, unos calcetines y unas zapatillas bastarán para disfrazarse de quien admiran. Si hace frío, podemos ponerle por debajo del atuendo unos leotardos y una camiseta de manga larga. Ah... ¡y que no olvide llevar una pelota!
El antifaz. Es el disfraz más pequeño del mundo y, quizá por ello, también el más socorrido. Un poco de cartulina bastará para hacerlo y otro poco de purpurina, para decorarlo. Si no tenemos a mano purpurina, podemos usar rotuladores. Un lazo o elástico muy fino bastarán para sujetarlo a la cabeza.
Un disfraz de pirata para Carnaval
Para empezar, un clásico. Pese a que fueron personajes con fama de malvados, los piratas fascinan a pequeños y grandes. Caracterizarse como uno de ellos siempre es divertido y, además, no requiere de ninguna habilidad manual específica.
Los detalles son la esencia de un disfraz de Carnaval, como el parche del pirata
Es fundamental la ropa: pantalones amplios con los extremos metidos dentro de unas botas, una camisa blanca con los brazos remangados, un chaleco negro y un sombrero o pañuelo en la cabeza.
Y luego
los detalles: un poco de sombra en los ojos y de betún en la cara -que simule suciedad-, un bigote postizo, collares, una espada de plástico o de cartón y el
parche en el ojo, por supuesto, la seña de identidad de todo pirata.
Este vídeo de
Vestirse de espantapájaros
El espantapájaros es otro personaje simpático y apreciado por los niños. El disfraz también es bastante simple y barato.
Hay que conseguir una camisa (mejor si es a cuadros), un mono con tirantes y un sombrero de paja o de pescador.
Dos
detalles completan el espantapájaros: por un lado, colocar unos cuantos parches de tela en el mono; y por otro,
pegar manojos de paja seca en la ropa, el calzado y el sombrero, como se puede ver en Soy Manitas.
Un elemento adicional es un pajarito de muñeco apoyado en el hombro del niño espantapájaros. Así se consigue transmitir la idea de un personaje bueno, que no espanta a los pájaros, sino que los atrae.
¡Soy un cohete!
El disfraz de cohete puede ser un accesorio para el superhéroe. Pero, también puede valer como un disfraz propio. Consiste en fabricar un cohete propulsor que, colocado en la espalda, permite volar.
Como enseña el blog Doodlecraft,
basta con un rectángulo de cartón y dos tiras de tela para construir la estructura, que el niño llevará en la espalda como si fuese una mochila.
Se adhieren dos botellas de plástico, del mismo tamaño y pintadas de plateado, con la boca hacia abajo. De cada una de ellas se hace que salgan unas llamaradas (fabricadas con tela roja). Fácil, muy barato y muy motivador para los pequeños.
Una mariposa en Carnaval
Unas alas y unas mallas bastan para crear un barato traje infantil en Carnaval
Los disfraces de animales siempre dan buenos resultados. Una mariposa es simple, si bien la
confección de unas bonitas alas como las que se ven en el sitio web CharHadas puede exigir un tanto de habilidad manual.
Después, son necesarios unos pantalones ceñidos (mallas o leotardos), una camiseta del mismo color y una diadema con antenas.
Si se modifica el tipo de alas fabricadas, se pueden obtener hadas u otros personajes voladores.
Una adorable oveja infantil
El cimiento del disfraz de oveja son prendas ya mencionadas: mallas o leotardos y una camiseta ceñida. También puede ser un maillot o similar.
Lo fundamental es recubrir toda la superficie con algodón, cuanto más grueso mejor. La cabeza se puede tapar con un gorro de lana blanco.
El detalle final, como explica el blog Neck and neck, es crear un
círculo de cartulina negra en la nariz. En este sitio también se pueden encontrar
disfraces de cisne y de elefante para bebés.
Un disfraz de muñeco de nieve
Para lograr el blanco del cuerpo se emplea papel higiénico; con unos círculos de cartulina negra, los botones de la ropa; congorros de lana o con orejeras y unas bufandas divertidas, el muñeco ya cobra forma.Puede parecer complicado, pero hay formas bastante simples de representar un
muñeco de nieve, como lo demuestra el sitio web Spoonful.
Si, además, se confeccionan unas narices de zanahoria, la similitud será aún mayor. ¿Cómo? Con cartulina pintada de naranja se puede fabricar un cono y sostenerlo con un elástico.
Un traje muy original: persona haciendo el pino
Crear un disfraz que simule a alguien que hace el pino es muy original y a los niños les puede resultar un traje muy divertido. Como se explica en
este vídeo en YouTube, hay que colocarse la ropa al revés:
las piernas en las mangas de una sudadera y los brazos en un pantalón.
Un globo cubierto por una máscara en la capucha, unos guantes en los pies y zapatillas en las manos harán el resto. Importante: hay que hacer un hueco en el pantalón para poder ver a través de él.
Seré una muñeca en Carnaval
El disfraz de muñeca también es muy original y requiere de pocos materiales. Se debe vestir al niño o a la niña con
ropas típicas de los clásicos muñecos. El sitio web
Disfraces y Carnaval ofrece algunas ideas interesantes.
Si se quiere simular ser un muñeco que funciona con un mecanismo de cuerda, el elemento clave es crear la llave que habría que girar en la espalda. Se confecciona con cartón pintado o cubierto de papel dorado. También se puede colocar con una estructura similar a la utilizada con el traje de cohetes propulsores.