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sábado, 8 de mayo de 2021
jueves, 6 de mayo de 2021
Elementos de la circunferencia
1. Elementos de la circunferencia:
a. Radio: es un segmento que une el centro con un punto de la circunferencia.
b. Cuerda,: segmento que une dos puntos cualesquiera de la circunferencia.
c. Diámetro: es una cuerda que pasa por el centro. Equivale a dos radios. El diámetro divide a la circunferencia en dos semicircunferencias.
d. Arco: parte de la circunferencia comprendida entre dos puntos de ella. Es una porción de la circunferencia.
e. Tangente: recta que toca a la circunferencia en un punto,
f. La recta que no toca a la circunferencia se llama exterior.
g. Secante: recta que corta a la circunferencia en dos puntos.
Circunferencia
Una circunferencia es una línea curva cerrada cuyos puntos están todos a la misma distancia de un punto fijo llamado centro.
Elementos de la circunferencia
Centro | Radio | Cuerda |
---|---|---|
Punto del que equidistan todos los puntos de la circunferencia. | Segmento que une el centro de la circunferencia con un punto cualquiera de la misma | Segmento que une dos puntos de la circunferencia. |
Diámetro | Arco | Semicircunferencia |
---|---|---|
Cuerda que pasa por el centro. | Cada una de las partes en que una cuerda divide a la circunferencia. Se suele asociar a cada cuerda el menor arco que delimita. | Cada uno de los arcos iguales que abarca un diámetro. |
El sistema inmunitario
El
sistema inmunitario
El sistema inmunitario se encarga de proteger nuestro organismo de otros microorganismos
patógenos como virus, bacterias,
protozoos,
hongos o
las moléculas producidas por ellos.
La inmunidad es el estado de
resistencia natural o adquirida de un organismo ante una
determinada enfermedad. La respuesta inmunitaria puede ser inespecífica
y específica.
Inmunidad inespecífica
Dentro de este tipo de respuesta inmunitaria inespecífica se
incluyen aquellas barreras que tratan de impedir la entrada de microorganismos
patógenos, sin centrarse en ningún tipo específicamente.
Existen dos tipos:
Defensas
externas: las barreras primarias
Una serie de barreras actúan inespecíficamente
contra cualquier microorganismo patógeno que trate de
infectar a la persona. Pueden ser de tres tipos:
- Físicas. La piel y las mucosas son las primeras estructuras defensivas que tiene que atravesar un microorganismo. Sólo pueden atravesar la piel aprovechando alguna rotura herida. Las mucosas, que recubren los orificios naturales del cuerpo son vías más accesibles, por lo que están protegidas con secreciones antimicrobianas.
- Químicas. Sustancias que impiden la entrada de los microorganismos. Por ejemplo, las lágrimas contienen lisozima que impide el desarrollo de las bacterias, las vías respiratorias tienen mucus que retiene las partículas sólidas que entran con el aire, el estómago y la vagina tienen mucha acidez para impedir la entrada de microorganismos, las glándulas sebáceas producen una sustancia que junto con el sudor y las células muertas forman una capa ácido-grasa protectora, etc.
- Biológicas. Existen microorganismos que viven en simbiosis en nuestro cuerpo beneficiándonos y compiten con otros microorganismos patógenos que son perjudiciales.
Defensas
internas: las barreras secundarias
Si los microorganismos consiguen
penetrar en el organismo, una segunda barrera, también inespecífica, les va a
tratar de impedir la infección.
La respuesta de defensa ante ese
invasor puede ser de dos tipos, principalmente:
- La fagocitosis. Realizada por los fagocitos, un tipo de glóbulos blancos. Los fagocitos son unas células que “fagocitan” a las partículas extrañas (microbios, células muertas, células cancerosas, etc.) que entran en el organismo. Los introducen como si fuera su alimento en una vacuola (vacuola fagocítica) englobándolos mediante pseudópodos. Los destruyen digiriéndolos con la ayuda de enzimas digestivas.
- La reacción inflamatoria. Cuando entran los microorganismos, se produce vasodilatación, dilatándose los capilares para que pueda llegar más sangre con fagocitos para combatirlos, lo que produce enrojecimiento y aumento de la temperatura en esa zona. Así, actúan los fagocitos impidiendo que los microorganismos se dispersen por el cuerpo.
Inmunidad específica
Si los microorganismos patógenos
superan las barreras inespecíficas, entra en funcionamiento
la inmunidad específica,
exclusiva para cada tipo de invasor. Otro tipo de glóbulos blancos,
los linfocitos, son los encargados de este otro
tipo de mecanismo de defensa.
Los linfocitos
actúan de un modo específico, ya que son capaces de reconocer
antígenos
(sustancias que reconocen como extrañas) y combatirlos. Los principales tipos
de linfocitos son:
- Linfocitos T. Reconocen y destruyen los antígenos de las células infectadas.
- Linfocitos B. Producen unas proteínas, los anticuerpos, que actúan como defensa ante una sustancia extraña, los antígenos. Cada anticuerpo es específico de cada antígeno.
Cuando el organismo ha luchado contra
un microorganismo
patógeno, algunos linfocitos fueron activados y perduran en el organismo
durante toda la vida, son los linfocitos de memoria.
Si el mismo microorganismo trata de producir una nueva infección, rápidamente
será detectado por los linfocitos de memoria y
serán neutralizados. La persona no volverá a padecer esa enfermedad porque ya
está inmunizado, gracias a los linfocitos
de memoria, contra ese microorganismo patógeno.
Si el microorganismo cambia, como el virus de
la gripe, los linfocitos
de memoria no son capaces de detectarlos y la persona vuelve a padecer la
enfermedad.
lunes, 3 de mayo de 2021
Circunferencia y círculo
1.
Circunferencia
y círculo:
a. Si ponemos una moneda sobre el papel y pasamos un lápiz alrededor de su borde obtenemos una circunferencia. Con el compás también podemos dibujar una circunferencia. La aguja del compás es el centro.
b. El
círculo es una figura plana formada por la circunferencia y su interior. Tiene
dos dimensiones. La cara de una moneda es un ejemplo de círculo.
Es decir, si la línea del borde se llama circunferencia, a la parte de dentro
se le llama círculo.
Qué hacer ante un accidente
Normas generales ante un accidente
En caso de accidente deberemos seguir
estas normas básicas:
- No debemos mover al accidentado, ya que puede tener traumatismos en la columna vertebral o en la cabeza. Si la persona está dentro de un vehículo, tampoco lo moveremos, salvo en caso de incendio o que sea necesario efectuar una reanimación cardiopulmonar.
- Comprobaremos el
estado de sus constantes
vitales:
- Si está consciente, hablaremos, tranquilizaremos y animaremos a la persona accidentada.
- Para comprobar si tiene pulso, pondremos nuestros dedos índice y corazón sobre el cuello o sobre su muñeca.
- Comprobar si respira.
- Si respira, lo dejaremos en la posición lateral de seguridad y esperaremos que llegue la ayuda. Si la persona ha tenido un traumatismo, no lo moveremos.
- Si no respira, colocaremos al accidentado en posición de decúbito supino, trataremos de despejar las vías respiratorias, y si es necesario, haremos la respiración artificial con el método del boca a boca.
- Para comprobar el pulso, pondremos presionaremos sobre el cuello con los dedos índice y corazón. Si hay pulso y es necesario seguir con la respiración artificial, seguiremos. Si no hay pulso, será necesario, además, un masaje cardiaco externo.
- Si hubiera hemorragias con grandes pérdidas de sangre, trataremos de cortarlas.
- Cuando el accidentado esté en la posición lateral de seguridad, trataremos de abrigarle, pero no le daremos ni comida ni bebida.
Si el accidente no es de la gravedad suficiente como para requerir asistencia médica o estamos esperando ayuda podemos realizar nosotros los primeros auxilios:
Desinfección de heridas
La piel es una barrera defensiva que nos protege de la entrada de microorganismos patógenos, pero cuando hay una herida, aprovechan para penetrar.
Para evitar la infección de la herida, tienes que seguir estos pasos:
- Lávate bien las manos para disminuir la posibilidad de infección. Además, usarás unos guantes de látex para evitar el contacto total con la herida para evitar que contraigas una infección.
- Limpia la herida lavándola con agua y jabón o suero fisiológico, desde la zona de la herida hacia fuera, procurando que no quede nada extraño en la herida, como algún grano de arena. Si hubiera que quitar algo, utilizaríamos unas pinzas esterilizadas.
- Desinfecta la herida. Por ejemplo, con agua oxigenada o povidona yodada. No usaremos alcohol.
- Si la herida se ha producido con un objeto punzante, presiona la zona para que salga la sangre y se limpie la herida de dentro hacia fuera.
Hemorragias
Cuando se rompe un vaso sanguíneo, se produce una hemorragia. En caso de que sea demasiado grande y que la persona accidentada pueda desangrarse, debes taponar la herida con algún paño limpio, no pañuelos de papel ni trozos de algodón porque se deshacen. Si el paño que has puesto se empapa, no lo retires, pon otro encima y sigue comprimiendo la herida.
No hagas ningún torniquete, ya que puedes causarle más daño que el que tiene.
La sangre que sale de las venas sale lentamente. Si la herida está en un brazo o pierna, si se levanta saldrá menos sangre.
La sangre que sale de las arterias sale más rápida. Si la herida está en una extremidad, presiona fuertemente la arteria (femoral o braquial) que lleva la sangre a la extremidad cerca de las ingles o de las axilas.