¿Por qué no defender nuestras tradiciones?
Esta claro que todo pueblo quiere mantener su cultura y sus costumbres y por ello considero que debemos seguir haciéndolo .
Aquí os dejo información y las razones por las que debemos seguir manteniendo nuestras costumbre.
En
estos días nuestro mundo está sumergido en una vorágine mercantilista
que poco tiene de cristiano, recordemos el verdadero significado de la
Navidad y preparemos nuestros corazonez como un pesebre adecuado para
que Nuestro Señor repose en él.
Lo
más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto
exterior, sino su significado interior
El Papa San Sixto III, en el siglo V, ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del nacimiento de Cristo que se realizaban en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una Iglesia.
Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís el fundador de los Nacimientos quien, en 1223, quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén.
Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se popularizó. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro. Esta tradición fue acogida con gran cariño por todo el mundo cristiano desde el siglo XVI.
Para dar un sentido cristiano a la tradición: Poner un Nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, lo pastores, los magos, José y María, puede ser además de una actividad que fomenta la unión familiar, una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes. A través de los sentidos, se eleva nuestro espíritu ante este gran acontecimiento. El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.
Sus majestades los Reyes Magos del Oriente
Así, en el capítulo dos, versículo 1-12, del Evangelio de San Mateo, se narra el camino que hicieron tres 'magos' (denominados así porque en aquella época se conocía como 'magos' a los 'sabios' o astrónomos) que fueron siguiendo una estrella hasta llegar a Belén.
Allí visitaron y ofrecieron tres regalos al recién nacido Jesús: oro, incienso y mirra. Aunque las escrituras no explican de dónde procedían los tres reyes, todo indica que vinieron desde Babilonia o Persia, lugar en el que los magos tenían una gran influencia.
Tampoco se conoce a ciencia cierta cómo eran o cómo se llamaban.
De esta manera, Beda los identificó como representantes de Europa, Asia y África.
En cuanto al número de Reyes Magos, se acepta el de tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque en distintos lugares se supone que fueron dos, cuatro, y hasta doce, como en Armenia.
Del mismo modo, es incierto su destino después del encuentro con la familia de Jesús en Belén.
Otro enigma es la estrella que les condujo hasta el pesebre del Niño. Para muchos científicos no se trataba más que de un cometa o meteoro luminoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario