El cuerpo humano es una máquina precisa. En él actúan una serie de sistemas que posibilitan las funciones necesarias para la vida humana y facilitan también la relación con el resto de personas y con el medio que lo rodea. No describiremos todos estos sistemas, sino sólo aquellos que intervienen directamente en la creación del movimiento, y que por tanto tienen relación directa con la Educación Física.
El aparato locomotor
El aparato locomotor se
divide en dos sistemas principales: el sistema
óseo y el sistema
muscular. El sistema óseo está formado por todos los huesos del cuerpo humano que,
junto con las articulaciones, se consideran la parte pasiva del aparato
locomotor, es decir la parte que no se mueve por sí sola. El sistema muscular está formado por los músculos y se considera la parte activa del aparato locomotor, que mueve el resto de elementos.
Los huesos
Los
huesos forman la estructura del cuerpo, son nuestro chasis; son rígidos y
resistentes. El conjunto de todos los
huesos de nuestro cuerpo se denomina esqueleto. Los huesos del esqueleto
están unidos entre sí gracias a las
articulaciones y nos permiten movernos y desplazarnos.
No todos los huesos son iguales, ya que tienen tamaño y forma diversos según el trabajo que desarrollan.
Pueden ser largos, como el fémur o el húmero, muy
resistentes para aguantar el peso del cuerpo y para realizar movimientos; cortos, como las vértebras o los huesos de la muñeca, con mucha resistencia y poca movilidad, o planos, como los huesos de la pelvis, el cráneo o los omoplatos, con una gran superficie para proteger los órganos que envuelven.
Las articulaciones
Son los puntos
en que dos huesos se encuentran. Éstas hacen que el esqueleto
no sea una pieza rígida.
En
la articulación hay unos elementos que protegen los huesos del desgaste continuo
que provoca el rozamiento mutuo, y otros que ligan y mantienen unidas las
partes que se mueven. Los primeros
son los cartílagos, que
recubren los extremos de los huesos para protegerlos o que se interponen entre un hueso
y otro, como el menisco
de la rodilla. También
encontramos una cápsula articular que envuelve la articulación por fuera y que por dentro contiene una bolsa con líquido
lubricante. Así facilita el movimiento y evita que los huesos entren directamente en contacto. Y, finalmente, los ligamentos, tiras elásticas y resistentes que, como su nombre indica, ligan los huesos entre sí y los mantienen unidos.
Los músculos
Los músculos se consideran los elementos activos del aparato locomotor pues constituyen el
“motor” que origina sus movimientos. Es así gracias a la capacidad que tienen de comprimirse y mover los huesos a
los que están unidos. Este fenómeno se denomina contracción muscular.
De todos los músculos del cuerpo humano, los que se encargan de mover el esqueleto se llaman músculos esqueléticos. Son de contracción voluntaria y los
que más nos interesan para entender todos los movimientos de nuestro cuerpo.
Tenemos otros músculos, como los del aparato digestivo o el corazón, que realizan movimientos involuntarios. Son de contracción automática.
En los músculos esqueléticos podemos observar dos partes muy diferenciadas: los tendones y el vientre. Los tendones son como correas ligeramente elásticas, pero muy resistentes, que se agarran con fuerza a los huesos que deben mover, en una unión llamada inserción. El vientre es el músculo propiamente dicho y está formado por las fibras musculares que posibilitan la contracción.
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