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viernes, 26 de diciembre de 2014

Centenario de Platero y yo

Para celebrar el centenario de Platero y yo, podemos hacer una serie de actividades que nos proponen nuestros compañeros:
Tenemos una webquest

 
 Capítulo 1: “Platero”
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.



ACTIVIDADES:
1.    Elegir entre los diferentes modelos el que más nos sugiere al protagonista de la descripción.
2.   Realización por todo el Ciclo de un mural con la figura de Platero, que se rellenará en algodón.
3.   Dibujarle alrededor o que más le gusta comer.
4.   Decorar con un paisaje de primavera











Capítulo 37: “La carretilla”

En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de yerba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo  al borricuelo, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero. Y el borriquillo se revolvía  contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y burro del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al borriquillo débil, como dulce consuelo; otra a Platero   como premio áureo.

 



ACTIVIDADES:
1.    Colorear el dibujo. (3, 4, 5 años)
2.   Pegar bolas de papel de seda naranja en el carro como si fueran las naranjas que llevaba la niña. (3, 4 años)
3.   Picar la imagen de Platero y pegarla a la izquierda del carro, pegar una lana a modo de cuerda entre Platero y el burro como si estuviera tirando. (3, 4 años)
4.   Dibujar a Platero a la izquierda ayudando a la niña  a sacar el carro y a ésta a la derecha empujando (5 años).

Capítulo 29:  “Idilio de abril”

Los niños han ido con Platero al arroyo de los chopos, a ahora los trae trotando, entre juegos sin razón y risas desproporcionadas, todo cargado de flores amarillas. Allá abajo les ha llovido, aquella nube fugaz que veló el prado verde con sus hilos de oro y plata, en los que tembló, como en una lira de llanto, el arco iris. Y sobre la empapada lana del asnucho, campanillas mojadas gotean todavía.
     ¡Idilio fresco, alegre, sentimental! ¡Hasta el rebuzno de Platero se hace tierno bajo la dulce carga llovida! De cuando en cuando, vuelve la cabeza y arranca las flores a que su bocota alcanza. Las campanillas níveas y gualdas, le cuelgan, un momento, entre el blanco babear verdoso y luego se le van a la barrigota cinchada. ¡Quién como tú, Platero, pudiera comer flores... y que no le hicieran daño!
     ¡Tarde equívoca de abril!... Los ojos brillantes y vivos de Platero copian toda la hora de sol y lluvia, en cuyo ocaso, sobre el campo de San Juan, se ve llover, deshilachada otra nube rosa.



ACTIVIDADES:

Este capítulo se puede trabajar dentro de la unidad didáctica de “La Primavera”.
1. Lectura del capítulo realización de preguntas de comprensión lectora.
2. Realización de un dibujo libre donde aparezcan diferentes características  de la descripción del    paisaje y lo que lleva Platero. (5 años)
3. Dibujar otras flores que nacen en el campo el primavera. (3, 4 años)



Capítulo 12: “La púa”
Entrando en la dehesa de los caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...
-Pero hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la herida, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.
       Con más rapidez que su médico, le he doblado la mano y le he mirado la herida roja. Una púa larga y verde, de naranjo, está clavada en ella como un puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa; y me lo he levado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua corriente le limpie la heridilla.
       Después, hemos seguido hasta la playa, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda.

ACTIVIDADES:
    1. Lectura del capítulo y preguntas sobre el mismo.
2.     Dramatización: por parejas un niño hará de Platero y otro de Juan Ramón representarán lo que hace cada uno de los personajes que aparecen en la lectura.
3.     Dibujarle la púa en la pata que tiene levantada y a Juan Ramón a su lado.


Capítulo 46: “La niña enferma” (La tísica)
Estaba la niña enferma sentada en una silla, con la cara blanca, en medio de la habitación. Le había mandado el médico salir al campo, a que le diera el sol, pero la pobre no podía.
-Cuando llego al puente –me dijo-, aunque está cerca me ahogo...
La voz de la niña parecía cansada.                                            
Yo le ofrecí a Platero para que le diese un paseíto. Subida en él se puso contenta y reía .              
...Se asomaban las mujeres a las puertas. Iba Platero despacio, como sabiendo que debía de tener cuidado con la niña que llevaba encima, ésta parecía un ángel que cruzaba el pueblo.



ACTIVIDADES:
1. Lectura y cometario del texto.
2. Realización de preguntas sobre el mismo.
  3. Dibujar encima del  dibujo de Platero que elegimos en el primer capítulo a la niña de paseo  por  el pueblo, dibujarle alrededor algunas casas.( 4, 5 años)


Capítulo 126: “Carnaval”
¡Que guapo está hoy Platero! Es lunes de Carnaval, y los niños que se han disfrazado de toreros, payasos y majos, le han puesto el aparejo moruno, todo bordado, en rojo, verde, blanco y amarillo.
   Lo redondos papelillos de colores van rodando paralelamente por la acera.
   Cuando hemos llegado a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, con largas camisas blancas y con guirnaldas de hojas verdes en la cabeza, han cogido a Platero en medio de su corro y han girado alegremente alrededor del él.
   Pero Platero, muy asustado intenta huir por algún sitio. Los chiquillos, viendo que no podía salir rebuznan para que él rebuzne. Por fin, Platero, logra salir del corro y viene hacia mí trotando y llorando, ha perdido su aparejo, no le gusta el Carnaval ...

ACTIVIDADES:
1.                 Leer el capítulo comentando la fiesta a la que se refiere, como iban vestidos los niños, que le pusieron a Platero, que le pasó al burrito ...
2.                 Dibujar el aparejo de Platero como más nos guste o como dice el texto. (3, 4, 5 años)
3.                 Dibujarle  el corro que bailaba  alrededor de él. (4, 5 años)


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